Feminismo termina en “o”

por María Jesús González González
Fuente: normabasica.com

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El debate está abierto.

Irene Montero, la joven portavoz en el Congreso del partido político Unidos Podemos, cometió en una rueda de prensa en el hemiciclo de los Diputados, un lapsus linguae que le llevó a hablar de «portavoces y portavozas«. Unos días más tarde, Montero se reafirmó, argumentado que: “Ya son demasiados los siglos en los que el lenguaje se utiliza como instrumento para perpetuar el machismo en las sociedades”.

Este hecho, ya tiene una trayectoria en nuestro país, siendo el punto y seguido de sus antecesoras las “jóvenas”, las “miembras” o las “altas cargas”.

Y es que la polémica que siempre acarrea la herramienta del lenguaje inclusivo, termina empañando lo verdaderamente crucial en todo esto: la colonización de la IGUALDAD entre SERES HUMANOS, independientemente del género, sexo, posición social y/o económica.

Con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, se logró por primera vez en la historia de la democracia española, la paridad entre ministros, habiendo en el ejecutivo 8 ministras y 8 ministros.

En aquella ocasión, el mantra que emplearon los detractores de este tipo de estrategias basadas en la implantación de la igualdad entre géneros, era que esos puestos debían ser ocupados en función de las competencias y aptitudes de los aspirantes a las carteras, independientemente de su género (por esta regla de tres, muy pocas mujeres han aportado esas supuestas competencias, pues a pesar de ser más de la mitad de la población mundial, han sido las menos, las que han ostentado esos cargos a lo largo de la historia).

El eclipse de este hito sobre la visibilidad de la mujer en primera línea política, vuelve a suceder, empañando nuevamente el famoso techo de cristal, en el que nos seguimos viendo reflejadas las mujeres del s.XXI.

Y es que, cuando desde ciertos sectores de la clase política, se insiste en reducir el feminismo a todas las palabras que terminan en “a”, están cometiendo el grave error de simplificar un problema de tremenda envergadura, pues mientras se desvía el tema hacia la lingüística, se retira el foco de atención de asuntos tan trascendentes para la mujer y por tanto, para la sociedad en general, como la brecha salarial, la conciliación laboral o la terrible lacra de la violencia machista.

Fuente: tribunafeminista.com

Fuente: tribunafeminista.com

En una última reflexión, me gustaría trasladar todo este debate a la realidad que presencio en consulta cada vez que se pone ante mi un varón que no posee las herramientas para expresar sus necesidades afectivas, incapaz de llorar porque la cultura le ha grabado a fuego que eso no le corresponde, ni mucho menos le define como el género fuerte al que «supuestamente» pertenece.

A través de este escenario es donde presencio con demasiada asiduidad y con absoluta nitidez como el movimiento patriarcal o machista ha perjudicado no solo a las mujeres, sino también a los propios hombres, motivo de peso para que en lugar de rivalizar posicionados en extremos, podamos, hombres y mujeres acercar posturas, siendo conscientes de que todos somos en alguna medida, víctimas de las cortas miras y la arrogancia de cualquier “ismo” radical que se precie (feminismo, machismo… )

Os deseo pues, altas dosis de criterio propio, buenas porciones de creencias recicladas y el punto justo de información sobre la vida política de nuestro país, pues en el equilibrio está la verdadera virtud.

MARIAJESUSGONZALEZ.COM

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