Justicia Patriarcal: Yo no te creo

por María Jesús González González
Ilustración: Tres Voltes Rebel

Ilustración: Tres Voltes Rebel

En esta ocasión, queremos dejar la perspectiva científico-clínica para más adelante, no siendo nuestra pretensión para el artículo de hoy el enfocarnos en la psicopatología de los violadores, aunque evidentemente, haberla hayla.

Violadores son los cinco depredadores sexuales que intimidaron, violentaron y agredieron sexualmente a esa chica en Pamplona, y a esa otra chica en Pozo Blanco, y a esa otra chica en…

Estas otras han preferido callar, es una de las consecuencias psicológicas de ser violada, abusada, agredida sexualmente… que la víctima siente vergüenza, culpa, miedo a ser juzgada, responsabilizándose en muchas ocasiones por lo sucedido, por lo que podemos entender que prefieran callar, y vivir con ese dolor silenciado para el resto de sus días.

Por otro lado, nos encontramos con otro tipo de “violadores”, en este caso son expertos en violar a la justicia que necesitan las mujeres.

A simple vista podrían ser considerados como nuestro apoyo y sostén, ejecutores últimos de la LEY, estos que supuestamente están ahí para defender y proteger al que así lo necesita, al más débil, al violentado, al agredido, al violado.

Pero la lacra del machismo no entiende de status social, no se priva de condicionar a cargos de marcada influencia social en sus decisiones, cargos que “supuestamente” (un término muy jurídico) contribuyen con la puesta en vigor y el mantenimiento del “Estado de Bienestar”.

La historia del patriarcado lo inunda todo, incluso las leyes, que a través de un perverso juego de términos jurídicos, ha acabado por exculpar a estos depredadores, puesto que la que realmente lo ha hecho mal ha sido la propia víctima, al “dejarse violar”, por tanto ha sido «abusada» y ellos han actuado «según la ley» para violar sin que sea considerado violación.

Ilustración: Lara Lars

Ilustración: Lara Lars

El juez Ricardo González, ha tomado un papel protagonista en todo este proceso al emitir un voto particular desmarcándose del veredicto y decantándose en solitario por la absolución de los cinco depredadores sexuales.

Nos parece relevante destacar que lo que más sorprendía al magistrado era que la chica describiese su estado durante la violación como en situación de shock.

De ahí que todas las preguntas hacia la denunciante giraran en torno a la forma como ella había transmitido resistencia a sus atacantes:

R.G. “¿Qué manifestación hizo usted, de cara a ellos, para que supiesen que usted estaba en situación de shock y que estaban teniendo esa situación de relaciones sexuales sin consentimiento por su parte, ¿cómo pudieron ellos… si usted hizo algo, manifestó algo, verbalizó algo…?”

Y por otro lado, puntualizando la ausencia de dolor físico durante la agresión sexual:

R.G. “Reiteradamente, el comentario a las contestaciones que ha ido dando es que la situación le supuso un shock, se quedó bloqueada y se sometió. Que no sintió daño, que no hubo fuerza física y que tampoco hubo amenazas, sino que fue la situación de shock la que usted tenía y que sucedió lo que sucedió”.

R.G. “En cualquier caso, daño, dolor durante ese episodio ha quedado claro que no sintió usted”.

Para cualquier Psicólogo Clínico, estas cuestiones hacen flagrante la ignorancia absoluta del magistrado sobre las implicaciones psicológicas y físicas de una experiencia traumática.

Las declaraciones de la chica dejan patente que se encontraba en un estado de shock, lo que le permitió no sentir dolor durante la agresión, a través del sometimiento a sus agresores:

“No hablé, no, no, no grité, no hice nada. Entonces, que yo cerrara los ojos y no hiciera nada, lo pueden interpretar como que estoy sometida o como que no”.

“Es que no me acuerdo si en ese momento… Lo único que estaba con los ojos cerrados y pensando en que se acabara”.

Si el juez González hubiera querido emitir un juicio objetivo, limpio de “ismos” se tendría que haber formulado la siguiente pregunta:

“¿Se puede producir ante una situación que provoca mucho estrés o miedo parálisis a nivel corporal y a nivel mental?”

La respuesta hubiera sido un rotundo SÍ. Posteriormente, se le habría explicado al magistrado en qué consiste la inhibición conductual, la disociación, el estupor, y otra serie de síntomas traumáticos que le habrían hecho entender las explicaciones reiteradas de la víctima: “tenía los ojos cerrados”, “no me acuerdo”, “no dije nada”…

En palabras de la Alcaldesa de Madrid Manuela Carmena (jurista, y juez emérita):

“Las sentencias judiciales pueden y deben ser criticadas y los jueces no pueden estar aislados de la sociedad. Esta sentencia no responde a las exigencias de justicia de las mujeres y espero que sea revocada por el TSJ de Navarra”.

Eso mismo esperamos TOD@S.

Ilustración: África Pitarch

Ilustración: África Pitarch

Todas las ilustraciones del artículo de hoy han sido tomadas del artículo publicado por “S Moda” de El País, en el que 15 artistas españolas respondieron a la sentencia de “La Manada” con sus dibujos.

https://smoda.elpais.com/moda/actualidad/dibujos-contra-manada-artistas-espanolas/?id_externo_rsoc=FB_CM_SM 

MARIAJESUSGONZALEZ.COM

 

Entradas relacionadas